Los egipcios construyeron monumentos y complejos funerarios para sus faraones y grandes templos, con obeliscos en los cuales grabaron los títulos y alabanzas del faraón, con pinturas representando la vida divina o terrenal de este.
También esculpieron grandes estatuas pétreas representando a dioses y faraones, y pequeñas piezas de orfebrería, con metales y piedras preciosas, y labores de artesanía realizadas en piedra, fayenza o delicadamente talladas en madera.
Desarrollaron su propio sistema de escritura, los jeroglíficos, con sus variantes: la escritura hierática y posteriormente la demótica, simplificando su grafía.